laos -second week-

Un saludo muy fuerte, a todos menos a uno. Continua la segunda semana del viaje a Laos.

11 de febrero, 2012

Llevábamos ya un tercio del viaje. Se había pasado volando. En la segunda semana te sientes más adaptado y todo suele ser más fácil. Te acostumbas al calor, a la comida, pero también, regateas mucho mejor. Se está, en definitiva, más suelto.

Nos levantamos y tocaba ver algo de Luang Nam Tha. Aquí ya os comenté que todo el mundo viene para hacer excursiones -la reserva natural del Nam Ha está cerca- pero nosotros acabábamos de terminar la nuestra.  La ciudad en sí misma no parecía tener nada especial pero, a veces, estos sitios con pocas expectativas a priori te acaban sorprendiendo. Paseando por la calle principal ya desayunados pensamos que hacer. Vimos un mapa de información que nos solucionó el día. Señalaba varios wats –templos budistas- pueblos de diferentes etnias por los alrededores, unas cascadas, etc. Carmen me amenazó con dejarme cuando nombre la palabra “¿bicicleta?”. Así que la cambié por “¿motocicleta?” y le cambió la cara. Era normal, los últimos 4 días habían sido bastante cansados y además la moto molaba. Es el medio de transporte más popular en Laos –«Donde fueres haz lo que vieres»-

En 10 minutos nos agenciamos una moto tipo scooter. Las motos no son lo mío y nunca he manejado una con marchas, que es la que se estila por aquí, pero conseguí una automática. Tras ensayar un poco y hacer algo el ridículo delante del tipo de la tienda, porque hasta la moto de puño me daba cosica, salimos de marcha.

Recorriendo los alrededores de Luang Nam Tha

Buuua, ¡qué bien se va sin cansarse una!” -decía Carmen desde el asiento trasero- Visitamos un par de templos y varias aldeas de las etnias kamhu, thai dam y lenten –estos últimos se dedican a fabricar papel-  

Mujer lenten fabricando papel

Campos de arroz en la ruta

Estas aldeas ya eran mucho menos aisladas y más tecnológicas, aunque seguían viviendo de una forma muy austera en casas de bambú y fibras vegetales. No había turistas, y eso mola. Hay que intentar ir a la contra siempre que sea posible. En esto estuvimos todo el día, explorando por pistas de tierra entre arrozales y solo paramos para comer algo.

Born to be wild

 

Aldea thai lu

Aldea,campo de arroz y una de las stupas que visitamos

En un templo

La peli de Easy Rider no nos llegaba a la suela de la chancla. Lo último fue visitar unas cascadas que resultaron ser bastante flojillas -estábamos en la época seca- La jornada estuvo chula y anochecía a eso de las 18:00. El día se me hacía corto para lo “enchufao” que estaba yo. La verdad es que vas a tope de energía. Yo recomiendo venir a Laos antes del verano, te quedarás tipín y casi que es más barato que el endocrino.

Cenamos tranquilitos en un terraza el tradicional laap” –una ensalada picante como muchos de los platos laosianos- y el omnipresente «sticky rice» –arroz vaporizado que comen con la mano, como guarnición o tentempié, a todas horas-

 Algunos precios:

  • Guest house Luang Nam Tha: -60000 kips: 6 €
  • Moto scooter Honda/1 día: 50000 kips: 5 €
  • Gasolina para moto. -30000 KIPS: 3 €
  • Grabación fotos en 2 dvd´s -50000 kips: 5 €
  • Comida y cena: -12000 kips: 12 €

 

  12 de febrero, 2012

Nuestro periplo por el Norte de Laos llegaba a su fin. De momento estaba saliendo todo perfecto. Queríamos ir a Luang Prabang, la ciudad más famosa de Laos. Para llegar allí justo a mitad del camino estaba Nong Khiaw. En la Lonely Planet ponía: “bonita aldea ribereña, ignorada a menudo por los viajeros, sin duda merece la atención de éstos. Es una de las más pintorescas de Laos…” No hace falta ser muy perspicaz para elegir este pueblo como nuestro próximo alto en el camino. De todas formas, tengo que decir que el predominio absoluto de Lonely Planet en las manos de los viajeros por esta zona es un desastre. Todos como borregos, nosotros incluidos. Ya hablaremos de esto.

En realidad, todo el trayecto citado -de Luang Nam Tha a Luang Prabang- es de ciento y pico kilómetros pero las medias de un autobús por esta zona de Laos rondan los 30 km/hora. Laos tiene una vía principal de comunicación de Norte a Sur. Pues en la mitad Norte del país la mayoría es de tierra y piedras. Además son curvas continuas entre montañas. Por eso es mejor tomarlo con calma e intentar no ir muy lejos en cada etapa sino quieres pasar el día entero en un bus sin amortiguadores y asientos de hierro macizo.

Salimos a la estación de autobuses a las 8:00 en  unsängthärew” –especie de furgo tuneada con la parte de atrás abierta y dos bancos para llevar pasaje- Ya sabíamos que a las 9:00 había un bus hacia Pak Mong que estaba muy cerquita de nuestro destino. El viaje fue muy movidito con baches y más baches, caminos de tierra y tragando tela de polvo como en un Viña Rock -las ventanas en los buses de acá van abiertas-  El paisaje era fantástico con aldeas entre bosques.

Llegamos a Pak Mong a las 15:45 y allí en el descampado que tenían por estación conseguimos en un momento, junto con unas coreanas, una furgo y en 45 min llegábamos a Nong Khiaw.

Llegando a Nong Khiaw

“Guuuuuau…¡estaba guapísimo!” Era más bonito de lo que esperábamos. Un pueblo a ambas orillas del río entre escarpadas paredes rosáceas de roca caliza. Encima llegamos al atardecer, la mejor hora, con la luz más bonita.

Vistas desde el puente de parte del pueblo

Nong Khiaw

Disfrutando de la vista desde el puente encontramos a otra viajera española -con abundante sobaca mora- y nos informó sobre el alojamiento. En 20 minutitos teníamos cama. La cosa prometía así que no tardamos nada en salir a ver el pueblo. Fuimos al templo, paseamos un poco, y la puesta de sol sobre el puente fue estupenda.

Aquí, sobre el puente, conocimos a varios españoles, todos mochileros con distinto grado de hippismo. Viajaban separados pero habían quedado a tomar unas Beer Lao para la noche. Yo no tenía muchas ganas pero por compromiso tuve que ir, je, je, je. De modo que cenamos solos -mi sopa de calabaza fue una exquisitez- y fuimos al encuentro de nuestros nuevos amigos. Ninguno de ellos viajaba menos de cuatro meses. O sea, que nos quedamos en mantillas con nuestras tres semanitas. Además de la anécdota, cervecear con mochileros de larga duración es un suplicio, son más agarraos que un chotis ¡os recuerdo que la Beer Lao de 650 ml. costaba 1 €! Me tocó pagar unas cuántas.

Algunos gastos:

  • Bus Luang Nam Tha-Pak Mong: 70000 kips: 7 €/persona
  • Furgo Pak Mong-Nong Khiaw: 25000 kips: 2,5 €/persona
  • Alojamiento Nong Khiaw: 50000 kips: 5 € (habitación doble)
  • Cena para dos: 60000 kips: 6 €

13 de febrero, 2012

Ya llevaba media hora despierto. Miré el reloj del móvil y eran las 7:00, así que me levanté y fui a sacar unas fotitos. Como era costumbre amanecía con niebla, de la propia humedad, que luego levantaba sobre las 10:00.

Barcas de los lugareños

Pueblo y niebla mañanera

Volví, desperté a Car y fuimos a desayunar fuerte. Habíamos visto un camino a la entrada del pueblo, paralelo al río, por el que nos dijeron que se iban a unas cuevas. Allí nos dirigimos. A la hora estábamos en la supuesta entrada a las cuevas pero decidimos continuar caminando a ver que descubríamos.

La ruta paralela al río

Pasamos un par de pueblos y sobre las 12:00 el calor ya hacía de las suyas y el sol nos daba de lleno por lo que buscamos algún sitio para darnos un baño en el río. Encontramos una playita de arena fina en uno de los pueblos. El agua estaba muy limpia y helada. Da un poco de repelús meterte en el río pero “¡Jeróoooonimo!” Me había hecho una heridita, como una rozadura, en los días del trekking. Era como si se me hubiera levantado un lunar o una berruga. Los días anteriores, por la noche, me ponía betadine y una tirita. Al ir a bañarme le dije a Car que le echara un vistazo a ver como iba. Entonces:

 ¡La berruga tiene patas¡ –dice Carmen sobresaltada-

¿Cómo que tiene patas? –pregunté yo-

Qué sí tío, tiene patitas y las está moviendo –me comenta mientas acerca su cara a mi cadera para observarla-

Inteté verla más de cerca y… ¡Me acaba de hacer un corte de mangas la muy puta! -le digo a Carmen chillando-

¡Una garrapata laosiana, cagoentó!

No me dio mucho asco pero estuve unos minutos hasta que me armé de valor, la pillé fuerte por los cojones y le dí el tirón definitivo que la desvincularía de mí hasta el fin de sus días, momento que sucedió en los 10 segundos siguientes. Me había quitado un peso de encima. ¡La había estado engordando tres días!

El río te invitaba al baño

No tardamos en darnos un chapuzón

Duespués del sobresalto, cuando estábamos dándonos un memorable y exótico baño solitos, una piragua a motor se acerca lentamente llena de turistas y se apea en «nuestra playita» a 5 metros de nosotros. Entre ellos estaban una joven pareja de españoles de la noche anterior. Iban a Muang Noi Neua, otro pueblo a una hora río arriba y solo accesible en barco al no haber camino transitable para vehículos. Nosotros lo descartamos por falta de tiempo. Nos acababan de joder el baño. El barco, como es habitual se había jodido y estuvieron media horita para repararlo. No encontraron otro sitio para parar.

Ya sin mi garrapata, salimos de vuelta. Nos quedaban unas tres horas y el sol pegaba muy fuerte. Paramos para ver las cuevas. Resultaba que desde la supuesta entrada, donde un chaval en un tenderete de caña te cobraba una cifra indeterminada que dependía de tu pericia al regatear, hasta la cueva había otra hora de caminata. El caso es que al volver al pueblo eran ya las 17:00 y nos habíamos chupao otras 6 horas de marcha sin pretenderlo. ¡Esto está pasando de castaño a oscuro! –decía Car-

Después de ducharnos Car no aguantaba ni un día más sin darse un masaje. Entusiastamados con la idea, antes de cenar fuimos a ello. Yo sabía por Carmen que algunos tipos de masajes tailandeses y laosianos duelen un poco pero te dejan como nuevo al terminar. El masaje comenzo con un doloroso apretujar de gemelos pero decidí aguantar pensando en los beneficios finales. La sensación fue como cuando vas a la peluquería a cortarte el pelo, se te escapa de las manos la situación y el peluquero te hace una escabechina. La chica me estaba realmente torturando, llegue a tener incluso miedo a que llegara a la espalda, pero algo inconsciente te hace aguantar. ¡Pagar para esto, manda huevos! -pensaba mientras rezaba porque aflojara la cosa- Por fín terminó el suplicio. Había pasado una hora muy larga. Le pregunte a la chica si había aprendido en la escuela de Torquemada y salimos por patas del garito.

Habíamos quedado con otra pareja de mochileros que al día siguiente marchaban a Luang Prabang. Nosotros támbién teníamos Luang Prabang como nuestra siguiente parada. Lo que desconocíamos es que desde allí mismo se podía ir en barco por el río y era una de las travesías fluviales más alucinantes de Laos. Era algo más caro y se tardaba más que en bus –unas 6 ó 7 horas por el río- pero merecía la pena ¿no creéis? Hablando con ellos me quedé helado:

¿Cuánto tiempo tenéis de viaje? –pregunto yo, tan original como siempre-

Ya llevamos bastante tiempo viajando –me contesta David-

¿Ah si, cuanto? –insisto-

Unos 27 meses –me dice sin inmutarse-

 ¡Ostia puta! llevaban dos años y pico sin parar de viajar y sin ir a España. Habían recorrido toda Suramérica y ahora estaban con el Sureste Asiático. Vaya tela. Lo curioso es que llevaban juntos tres años de los cuales el 75% eran del viaje, ja, ja. Curioso.

 Algunos gastos:

  • Desayuno para dos: 35000 kips: 3,5 €
  • Entrada cuevas: 5000 kips: 0,50 €/persona
  • Comida: 50000 kips: 5 €
  • Alojamiento : 50000 kips: 5€ (habitación doble)
  • Masaje 1 hora: 40000 kips: 4 €/persona
  • Cena para dos : 40000 kips: 4€

14 de febrero, 2012

A las 10:00 supuestamente salía el barco a Luang Prabang. Digo supuestamente porque aquí todo era supuestamente. Si no había gente suficiente o se le cruzaban los cables al de la barca no se salía y santas pascuas. Yo estaba emparanoiao con ir a otras cuevas que había a una hora andando del pueblo. Carmen pasaba de pleno. De modo que me levanté a las 7:00 y me fui a ver si las encontraba, verlas y volver antes a las 9:00. Al final, con suerte pude hacerlo. Estuvo bien.

Camino a las cuevas

 -la travesía en barco-

A las 9:55 estábamos en el embarcadero. Aunque el barco salía a las 11:00 habíamos quedado con tiempo para pillar sitio ya que sabíamos que solo había 4 asientos acolchados y el resto del pasaje debería ir las, como mínimo, 6 horas de trayecto en tablas de madera. Merecía la pena la espera. La otra pareja española, asimismo, se encargaba de pillar los billetes también temprano. Tras varias confusiones- supuestamente solo salía un barco a las 11:00 y sin embargo a las 10:00 zarpó otro en el que nos faltó un tris para montarnos sin nuestros compis- a las 11:30 salimos destino a Luang Prabang. Efectivamente estuvimos rápidos y, por derecho, pillamos los únicos 4 asientos yendo otras 11 personas en las tablas malamente. Esto desembocó en un mal rollo alucinante. Un chavalito americano de 1,90 m. a las 2 horas de travesía va y suelta todo subidito:

 “We paid the same. ¡We have rights to the seats!” –

¡Que había pagado lo mismo y que  turnáramos lo asientos! -o sea, que les cediéramos los asientos hasta el final- ¡Vaya listo el menda!. Nosotros nos quedamos pensádolo y Car estuvo a punto. Nuestros amigos, sentados delante de nosotros, no estaban por la labor. La peña llegó 15 minutos antes sin saber si había barco y nosotros estábamos toda la mañana esperando al sol, con los primeros tickets comprados. Así que hicimos oidos sordos. Además, todo el mundo sabe que los españoles hablamos cuatro palabros en inglésEl resto del viaje ya te quedas con un poco del mal rollo, pero bueno. Tampoco siempre vamos a ser nosotros los tonticos.

La primera hora fue impresionante

Desde el barco

El viaje, sobre todo las 2 primeras horas, fue alucinante. La travesía discurría entre montañas, espesa jungla, pueblos ribereños, bueyes de agua, gente pescando, buscadores de oro. Llegando a Luang Prabang nuestro río desembocaba en el gran río Mekong y aumentaba el tráfico fluvial.

En la travesía pasamos varias aldeas

Sobre las 17:30 llegamos a nuestro destino. La ciudad es la más conocida de Laos. Sabíamos que era muy turística pero también que no podíamos dejar de verla. En cualquier caso el lo «muy turístico» de aquí sigue siendo tranquilísimo.

Buscamos con nuestros compañeros guest house. Tras un rato comparando nos quedamos con una por 60000 kips la noche -6 €. Estaba muy bien situada y el precio para ser la ciudad más cara de Laos no tenía competencia.

Buscando pensión en Luang Prabang con nuestros compis. Ojo al dato: ¡llevaban 2 años viajando y ya montaban la mochila en un carrito! Otro nivel.

Enseguida salimos a ver la ciudad. Los compis se quedaron en su cuarto, es lo que pasa al llevar más de dos años viendo ciudades non stop. La primera impresión fue buena. Muchas tiendas de antigüedades, hotelitos coloniales caros y templos. Era otro nivel, desde luego. Turismo mochilero pero también turismo de élite.

Ya anocheciendo salimos a ver la ciudad

Ya después, fuimos al mercado nocturno hmong con cientos de puestos para turistas y cenamos en una calle repleta de puestecitos de comida. Era una especie de buffet. En cualquiera de ellos por 1€ te llenabas el plato con  lo que quisieras. Se veía quien hacia auténticas filigranas para encajar los noodles encima de las berenjenas fritas y que aún le cupiera arroz, fideos con pollo, ensalada de papalla y verduras asadas. Como es normal nos gastamos más en algunas Beer Lao que en la cena en sí.

Mi plato por 1 euro. Tampoco me quedé corto

 Algunos gastos:

  • Travesía en barco Nong Khiaw-Luang Prabang: 110000 kips: 11 €/persona
  • Guest house en Luang Prabang: 60000 kips: 6 € habitaión doble
  • Cena para dos: 50000 kips: 5 €

 15 de febrero, 2012

Nos levantamos y planeamos nuestra jornada por la increíble Luang Prabang, llamada la perla del Sudeste Asiático. La ciudad, como os dije, recibe mucho turismo de todos los niveles y resulta más cara que la media del país. Está declarada Patrimonio de la Humanidad. Tiene decenas de casas coloniales y, al tratarse del centro religioso del país, la cantidad de templos budistas que te encuentras es apabullante. Los más importantes y antiguos había que visitarlos, como el Wat Xieng Tong del siglo XVI. Teníamos un mapa fotocopiado -los mejores- que nos dejaron en el hostel . La parte histórica es una península circundada por los ríos Mekong y Nam Khan. No es muy grande y te orientas fácilmente.

Tuk-tuk en Luang Prabang

Escribiendo el diario mientras desayunaba una sopa

El blogero, muy sexi, en uno de los numerosos templos

En un templo, monjes comiendo (fijaos en el despetador en la columna derecha)

Como es totalmente plana, la bici es la mejor opción para visitar la ciudad, así que, por la tarde alquilamos una bicicleta. Aprovechamos para ir al Mercado Phousy, a unos 4 km, ya que leímos que era donde compraban los lugareños. Yo siempre busco los mercados en cualquier sitio que voy. En los mercados y las estaciones de autobuses se toma el pulso al país.

Diferentes tipos de arroz en el Phousy Market

Pasando un seguro puente de bambú

Otro templo, dentro del recinto del Museo Nacional

Después de curiosear en varias tiendas de cachibaches y antigüedades –a mí me encantan, gracias Car por aguantarme- fuimos a otra turistada de la ciudad: ver la puesta de sol desde el  monte Phu Si situado en medio de la ciudad. Amarramos nuestra bicis a un hierro y nos dispusimos a subir los 15 minutos de escaleras. La puesta de sol estuvo genial pero estar acorralados entre unas 217 personas con supercámaras y teleobjetivos hacia perder encanto al momento. No se muy bien por qué pero las puestas de sol son un imán para turistas en cualquier lugar del mundo. Devolvimos las bicis y fuimos a la guesthouse. Salimos a cenar de nuevo a los puestos callejeros con Rocío y David, la pareja mochilera de compis. Al día siguiente nos acordaríamos de esto.

 Algunos gastos:

  • Entrada templo Wat xieng Thong: 20000 kips: 2 €/persona
  • Alquiler bicicleta 1/2 día: 10000 kips: 1 €
  • Entrada al Phousi, puesta de sol: 20000 kips: 2 €/persona
  • Comida para dos: 40000 kips: 4 €

16 de febrero, 2012

 A la mañana siguiente el despertador sonó a las 6:00. Intentaba despertar a Carmen pero no había manera. Cada día los monjes de los cerca de 50 templos de la ciudad pasan en procesión al amanecer por varias calles y la gente les da comida –arroz cocido, plátanos, galletas, etc.-  para la jornada. Se lo van metiendo en una especie de petates metálicos que llevan colgados al hombro en bandolera.

Monjes en la procesión. Eran las 6 y pico de la mañana

Car ofreciendo arroz a los monjes

Algunos monjes dirigiéndose de vuelta a sus templos

Ya de vuelta

Nosotros nos acercamos. Eran las 6:10 y ya había mogollón de gente en la acera esperando el paso de los monjes que aún tardaron 20 minutos. Como podéis imaginar gran parte de esta gente eran turistas, aunque el madrugón, desde mi punto de vista merece bastante la pena. Una vez acaba la procesión te surge una disyuntiva, un sin vivir: ¿me vuelvo a la cama o empiezo la jornada laboral-turista? Al final te dices a tí mismo la famosa frase que todo el mundo se dice cuando viaja. “Vamos a aprovechar José que veremos a ver si vuelves a esta ciudad alguna vez en tu vida” Desayunamos y caminamos con tranquilidad entre las calles secundarias. Visitamos algunos templos más y el Museo Nacional. Hacía calor y nos habían hablado de unas cascadas fantásticas que estaban a uns 30 km. Demasiado para la bici a pleno sol, había que buscar tuk-tuk. Intentamos buscar más gente para compartir gastos y no fue muy difícil.

Al final, salimos para las Cataratas Tad Kouang Si a las 12:00 con dos alemanes y dos inglesas. A las 13:00 llegábamos y nos quedamos alucinados. Lo que veíamos superaba con creces las expectativas. El agua azul turquesa, frondosa vegetación y decenas de diferentes pozas y chorros de agua –¡qué pasada!- Estuvimos toda la tarde bañándonos de poza en poza.

Car refrescándose

Las cenas de los puestos callejeros de los días anteriores pasaban factura y sobre todo yo empezaba a tener apretoncillos y algo de malestar. No me separé de mi rollo de papel higiénico durante el siguiente día y medio por lo que pudiera pasar.

Habíamos agotado nuestro tiempo para Luang Prabang. Queríamos ir al extremo Sur del país a una zona llamada Las 4000 Islas. Estaba muuuy lejos y tendríamos que hacer una escala intermedia. Nos enteramos que había un «sleeping bus» hasta Vientiane, la capital del país.

Sleeping Bus

Como imagináis es un autobús con camas, o algo parecido. Nos venía de perilla y a las 20:00 salíamos dirección Vientiane. Nos esperaba una noche muy movidita, nunca mejor dicho. Nos acoplamos en nuestra cama e inentamos coger la posición. La cama era estrechita pero no asustaba. Cuando comenzó el bus a circular fue increible. Los botes era de infarto, había momentos que sentías eso que llaman “gravedad cero”  y es que volabas en cada bache. Car se quedó en la parte de fuera y el miedo a ostiarse y caerse abajo –estábamos en alto- hizo que durmiera con un ojo abierto y otro cerrado. Me despertaba cada 5 minutos por los baches y tenia que apretar no diré que porque tenía diarrea. Una odisea. Para colmo, cuando había cogío el sueño un revuelo y un olorcillo a pollo requemao me despiertan. “¡Jooooder, hay humo en la cabina!” -balbuceo con los ojos entreabiertos- El motor se había cascao, ja, ja. En Laos no hay conductor que no sepa reparar su vehículo y el chófer sacó un marro, le dio dos meneos al motor y…en marcha en 5 minutos. Increíble.

 Algunos gastos:

  • Desayuno para dos: 31000 kips: 3 €
  • Comida 2 bocadillo: 20000 kips: 2 €
  • Tuk-tuk a las cascadas ida y vuelta: 15000 kips: 1,5 €/persona
  • Entrada cascadas: 20000 kips: 2 €/persona
  • Sleeping bus a Vientiane con cena y traslado a la estación incluido: 175000 kips: 17,5 €/persona

17 de febrero, 2012

Tempranito -a las 7:30- llegamos a Vientiane. Estábamos como si nos hubieran dado una paliza y fue una liberación. No teníamos ningún interés en la capital y pensamos en dejar las mochilas en la estación, ver algo de la ciudad –teníamos todo el día por delante- y con otro sleeping bus llegar ya al Sur del país, a Pakse. Así lo hicimos.

Camino al centro de Vientiane en tuk-tuk. El de delante de nosotros iba algo más lleno

Fuimos al centro en tuk-tuk, paseamos, visitamos el arco del triunfo Patuxai,  la stupa negra, y el Pha That Luang, una enorme stupa dorada que es símbolo nacional. Después, como siempre, nos dirigimos al mercado de la ciudad, el Thalat Shao y al final de la tarde de nuevo a la estación de buses. En el trayecto en tuk-tuk del centro a la estación conocimos a 2 chavales españoles que estaban estudiando en China y se habían tomado unos dias para hacer turismo. Unos cachondos. Nos habíamos hecho una idea de Vientiane y, para mí, fue más que suficiente.

Pha That Luang, la stupa símbolo nacional

Cosquillitas al buda, en Vientiane

Templos y cables, en Vientiane

A las 20:00 salía nuestro nuevo «sleeping bus» de Vientiane a Pakse, dónde ya teníamos intención de estar unos días más tranquilos.  De Las 4000 Islas, nuestro próximo destino, nos habían comentado que era un verdadero paraiso. ¿Cómo nos iría la última semana?

Pero eso será para el próximo post, ya sin diarrea.

Algunos gastos:

  • Tuk-tuk al centro de Vientiane: 30000 kips: 3 €
  • Depósito mochilas en la estación: 20000 kips: 2 €
  • Tuk-tuk por Vientiane: 15000 kips: 1,5 €
  • Internet: 13000 kips: 1,3 €
  • Comida para dos: 40000 kips: 4 €
  • Sleeping bus Vientiane-Pakse: 170000 kips: 17 €/persona 

 

 

 

 

7 comentarios

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7 Respuestas a “laos -second week-

  1. Jo, las fotos son increíbles… Claro que no serían nada sin tus textos, jeje… «La peli de Easy Rider no nos llegaba a la suela de la chancla»: grande.

  2. marideli ortega mora

    nene ya lo he leido,fenomenal despues de leerlo ya me imagino la pobre car estaria muerta,pero vosotros lo podeis hacer ,nosotros es imposible jajaja.las fotos preciosas en resumen me encantaaaaaa.besitossss.

  3. rebeca

    se queda uno con las ganas de seguir leyendo lo que va a pasar en el próximo capitulo… las 4000 islas!!!, no tardes mucho en colgarlo que estoy en ascuas!!

  4. Esperamos pronto el próximo capítulo…

  5. Encarna

    chico eres muy temerario, ,,,,parece una tontería, pero tu aventura con la garrapata está a la altura de la de San Jorge con el dragón…. has oído hablar de la enfermedad de lyme?…bueno no creo que la hayas pillado, pero no subestimemos a los bichicos,,,,y después de meterte el miedo en el cuerpo decirte que estás tardando en subir las 40000 islas!!!!!

  6. También ha estao bien esta 2ª entrega. Esperamos las 4.000 islas (ala!!! hostia con los laosianos, son más exageraos que en Murcia copón!), ponlo prontico. Hablando de las garrapatas, te acuerdas que te comenté lo de la parálisis no? mira, se llama «tick paralysis» y hay 43 especies que la provocan en el mundo, que supongo que no serán muy comunes, no he investigado más:
    http://en.wikipedia.org/wiki/Tick_paralysis#cite_note-4

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